Conseguir una iluminación correcta, sobre todo en la habitación de los niños, es fundamental para mantener una buena salud visual. En muchas ocasiones no le damos a la iluminación la importancia que se merece. Pensemos que es un factor básico para no realizar un sobreesfuerzo con los ojos que a la larga nos puede perjudicar. Aunque la iluminación depende de factores como el tamaño y la ubicación de las ventanas y los muebles, hay una reglas básicas que podemos seguir.

Uno de los factores fundamentales cuando hablamos de niños es la seguridad, regla número uno:  proteger con tapas los enchufes, así evitaremos que nuestros niños caigan en la tentación de meter los dedos donde no deben. También son muy apropiadas las bombillas de bajo consumo, que no queman, y conviene evitar las lámparas de sobremesa y de pie.  Si la iluminación está fija en la pared, mejor, ya que así evitamos cables peligrosos por el suelo.

La mejor opción es una lámpara de techo llamativa, de papel o de tela, ubicada en el centro de la habitación, nos dará una buena iluminación general.

También es conveniente escoger un buen flexo, para colocar al lado del ordenador y reducir el contraste con la pantalla. Así evitaremos que el niño fuerce la vista.

Por último, también es buena idea introducir en la estantería dos o tres puntos de iluminación decorativa para realzar colores y aquellos objetos que le gusten especialmente al niño.